En EL BUSCADOR la música es el alma máter tanto del personaje como de la película.
El leit motivo musical tiene tantas posibilidades como sentidos quiera dársele. Desde reforzar los roles dramáticos en una historia hasta parodiar a través del contrapunto el sentido romántico de un personaje, por ejemplo. En su vertiente más pop el factor iconoclasta del leit motiv subraya los momentos climáticos en una narración, piénsese Star Wars, Indiana Jones, Regreso Al Futuro... es interesante como en el cine contemporáneo, sobre todo en un cine de marcada tradición pop como el cine de héroes/superhéroes, en un "agotamiento" de la fórmula está volviendo a la robustez más wagneriana del leit motiv. Está claro que El Caballero Oscuro (The Dark Knight), en su apariencia hiperrealista, a transformado la tradición narrativa del superhéroe clásico, anulando -nuevamente desde una falsa impresión- la condición pop del medio. No es de extrañar por eso que si hoy en día vemos un James Bond (o escuchamos, mejor dicho) haya dejado de sonar su carismática melodía a excepción de sus créditos finales, por un mínimo respeto a la coherencia. La experiencia entre el espectador y héroe ha cambiado tratando se ser ésta más íntima, pero, desde mi punto de vista, destruyendo (no transformando) las reglas del juego clásico.
En otro sentido el leit motiv es una idea, incluso en un ejemplo como Madame De..., de Max Ophüls, una ligereza (llena de romanticismo). Un vals que suena una y otra vez y que nos impregna del pensamiento alegre y superfluo de su protagonista femenina. A medida que avanza el drama, su esencia (el leit motiv), es el motivo por el cual se enamora Vittorio De Sica, y a su vez es invadido por la melodía pegadiza, ese vals eterno, esa excusa para bailar en la clandestinidad social el uno con el otro. Lo ligero y lo profundo, lo social y lo íntimo, la alegría y la desesperación. El principio y el fin desde el mismo tono y las mismas notas.
Aquí podéis escuchar el vals de Madame De... (min 2'39'')
Un director que en su irregular trayectoria ha sido firme en la inteligencia del uso musical fue Robert Altman. Para un servidor The Long Goodbye, aparte de ser su mejor film, es uno de los usos musicales más evidentes y a su vez brillantes. A diferencia del recurso contemporáneo de camuflar el leit motive, Robert Altman agota la melodía en su constante repetición pero con la particularidad de cambiar el estilo musical. Dejamos de escucharla por su reiteración, la interiorizamos y hacemos de la música parte orgánica del género clásico, la música hace que lo cotidiano sea cine negro, y en la conclusión del relato comprendemos que escuchamos una forma de ser, de vivir, somos desde la complejidad el personaje Philip Marlowe.
Aquí podéis escuchar The Long Goodbye de John Williams.
En El Buscador al igual que en The Long Goodbye, en clave de homenaje, haremos de los obsesiones de nuestro protagonista un leit motiv que sonará en cada una de las secuencias, cambiando su estilo. Al creer en la fuerza del leit motiv reafirmamos por un lado, en su vertiente más emocional, la obsesión que empuja a este solitario a enfrentarse con los laberintos de la noche, y en su sentido más formal a dar a El Buscador la condición de thriller que nos gusta transmitir. Al creer en el género jugamos sus reglas del juego, transformándolas, pero haciendo de todo aquello que nos hace querer el cine negro las bases de nuestra historia.
Aquí podéis saber más sobre El Buscador, el proyecto, y como ayudarnos. Muchas gracias.
El leit motivo musical tiene tantas posibilidades como sentidos quiera dársele. Desde reforzar los roles dramáticos en una historia hasta parodiar a través del contrapunto el sentido romántico de un personaje, por ejemplo. En su vertiente más pop el factor iconoclasta del leit motiv subraya los momentos climáticos en una narración, piénsese Star Wars, Indiana Jones, Regreso Al Futuro... es interesante como en el cine contemporáneo, sobre todo en un cine de marcada tradición pop como el cine de héroes/superhéroes, en un "agotamiento" de la fórmula está volviendo a la robustez más wagneriana del leit motiv. Está claro que El Caballero Oscuro (The Dark Knight), en su apariencia hiperrealista, a transformado la tradición narrativa del superhéroe clásico, anulando -nuevamente desde una falsa impresión- la condición pop del medio. No es de extrañar por eso que si hoy en día vemos un James Bond (o escuchamos, mejor dicho) haya dejado de sonar su carismática melodía a excepción de sus créditos finales, por un mínimo respeto a la coherencia. La experiencia entre el espectador y héroe ha cambiado tratando se ser ésta más íntima, pero, desde mi punto de vista, destruyendo (no transformando) las reglas del juego clásico.
El girar y girar. El amor y la música.
En otro sentido el leit motiv es una idea, incluso en un ejemplo como Madame De..., de Max Ophüls, una ligereza (llena de romanticismo). Un vals que suena una y otra vez y que nos impregna del pensamiento alegre y superfluo de su protagonista femenina. A medida que avanza el drama, su esencia (el leit motiv), es el motivo por el cual se enamora Vittorio De Sica, y a su vez es invadido por la melodía pegadiza, ese vals eterno, esa excusa para bailar en la clandestinidad social el uno con el otro. Lo ligero y lo profundo, lo social y lo íntimo, la alegría y la desesperación. El principio y el fin desde el mismo tono y las mismas notas.
Aquí podéis escuchar el vals de Madame De... (min 2'39'')
The Long Goodbye al piano.
Un director que en su irregular trayectoria ha sido firme en la inteligencia del uso musical fue Robert Altman. Para un servidor The Long Goodbye, aparte de ser su mejor film, es uno de los usos musicales más evidentes y a su vez brillantes. A diferencia del recurso contemporáneo de camuflar el leit motive, Robert Altman agota la melodía en su constante repetición pero con la particularidad de cambiar el estilo musical. Dejamos de escucharla por su reiteración, la interiorizamos y hacemos de la música parte orgánica del género clásico, la música hace que lo cotidiano sea cine negro, y en la conclusión del relato comprendemos que escuchamos una forma de ser, de vivir, somos desde la complejidad el personaje Philip Marlowe.
Aquí podéis escuchar The Long Goodbye de John Williams.
En El Buscador al igual que en The Long Goodbye, en clave de homenaje, haremos de los obsesiones de nuestro protagonista un leit motiv que sonará en cada una de las secuencias, cambiando su estilo. Al creer en la fuerza del leit motiv reafirmamos por un lado, en su vertiente más emocional, la obsesión que empuja a este solitario a enfrentarse con los laberintos de la noche, y en su sentido más formal a dar a El Buscador la condición de thriller que nos gusta transmitir. Al creer en el género jugamos sus reglas del juego, transformándolas, pero haciendo de todo aquello que nos hace querer el cine negro las bases de nuestra historia.
Aquí podéis saber más sobre El Buscador, el proyecto, y como ayudarnos. Muchas gracias.
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