viernes, 31 de agosto de 2012

Cine y juventud: Il Posto (Ermanno Olmi)

El cine italiano de postguerra, hasta los años 70, ha sido una de las vías para poder ver en lo cinematográfico parte de la realidad española que tuvimos privada en nuestra propia cinematografía. Nuestro sistema, en las programaciones de televisión por ejemplo, nos impiden acercarnos a cual fue la historia y la realidad de nuestros padres y abuelos. Nos es difícil completar el dibujo, una herencia de narrativas, imágenes y cultura de nuestro mundo, un mundo que, entre la ignorancia y el desarraigo, no asumimos como propio.

La frescura y la despreocupación

La mirada humanista de Ermanno Olmi es una de las más importantes en la historia del cine. En su primera etapa el vínculo de lo ficticio con lo real permite que lo emotivo emerja del documento. Es tan atenta la escritura de Olmi que no dudamos, todo es veraz y funciona como testamento y testimonio de un tiempo.

Il Posto narra el examen de un joven para formar parte de una multinacional. Una jornada completa que deriva de la ilusión y la inocencia a la tragedia del mundo moderno y del capital. La relación entre los dos jóvenes que, más allá de enamorarse, se encuentran en un mundo de adultos, es uno de los retratos más cariñosos que un autor haya demostrado hacia sus personajes (hecho que sucede a menudo en la obra de Olmi).

La mano y el vasallo

Por mucho que Olmi quiera proteger y compadecerse de los hombres y mujeres de sus imágenes (especialmente el joven protagonista) no puede dejar de ser fiel a lo real y estar a las órdenes del mundo que el mismo desprecia y crítica. Una pesadilla que no distorsiona ni un ápice la vida cotidiana, sin exageraciones ni maniqueísmos. He aquí el horror y la angustia de la cárcel laboral a la que se verá abocado -hasta la jubilación- el protagonista de Il Posto. Esa es la importancia del documento que nos brinda Olmi, tanto por la lección sobre la sociedad y su sistema como por la memoria que contiene acerca de los nuestros y de lo nuestro.

jueves, 30 de agosto de 2012

Cine y juventud: Un amor de juventud (Mia Hansen-Løve)

Siempre he considerado a Truffaut uno de los cineastas más femeninos de su generación, y no me resulta extraño que encuentre en una cineasta, y de caracter jovial, las impresiones que tenía con el cine del director de Jules et Jim.


El principio de un viaje para toda la vida

Mia Hansen-Løve firma a sus 30 años el tercer film de su carrera, este amor de juventud que al parecer está inspirado muy vivamente en la propia juventud y experiencias de la directora. Es muy probable que gracias a lo mimético que hay en la película en relación a lo real de su fuente ésta contiene una gran cantidad de misterio y veracidad.

Es habitual que el cine de romances prematuros, iniciaciones al descubrir sexual y transiciones a la edad adulta se peque de frecuentar lugares comunes. Territorios que aburren y juegan toda su baza a lo sensorial tratando de atrapar al espectador mustio con ganas de sentir de nuevo lo imposible. En Un amor de juventud son las acciones, y no las sensaciones, el motor del relato. Parece la filmación de un proceso (el de la propia directora) que se dedica a plasmarlo tal cual fue. Es ese "tal cual fue" el que contiene experiencias reales, elipsis vacuas y espirales tan coherentes como fascinantes. Un sinfín de elementos, ocurrencias y coincidencias, de encuentros y desencuentros, que imposibilitan cerrar en una idea la película.



La iconografía de ese verano marcará nuestra mirada durante todo el film

Lo que más me fascinó del film es la dedicación de la directora en plasmar el primer verano de amor, centrado en el primer acto. No resulta evidente y no desentona con el resto de la película, pero si que construye un espacio en la memoria, un lugar donde no cesamos en recurrir una y otra vez y con el cual dialogamos con cada secuencia del film. Una idea irremplazable que impregna toda la juventud de la protagonista, como si el antes y el después fuesen el contexto de ese único y primer amor de juventud.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Cine y juventud: El ilusionista (Sylvain Chomet)

En Les triplettes de Belleville su director, Sylvain Chomet, ya demostró que poseía un sentimiento amargo que combinaba extrañamente con la nostalgia y el humor. Lo que en su ópera prima eran excesos y carencias adoptó una forma impecable en su segundo film, la celebrada El ilusionista.

Alice mirando inocente lo que el capitalismo le ofrece

Como bien sabréis Chomet se sirvió de un guión no dirigido por Tati que dedicaba, dicen las malas lenguas, a su hija no legítima. Es más que interesante y malévolo lo que Chomet transforma de un acto de perdón y amor, la idea original de Tati, a un desprecio hacia las nuevas generaciones venideras encarnadas por el personaje de Alice, la joven que adopta en su viaje el viejo ilusionista encarnado por el mago que representa el personaje animado de Tati.

No es mi intención hablar de las muchas virtudes de El ilusionista, tanto a nivel filmico como en su técnica de animación, sino en centrarme en el personaje de Alice dentro de este conjunto de artículos de cine y juventud. Un personaje muy peculiar y que rara vez encontramos en las narraciones convencionales, mucho menos en una película de corte, en su piel de cordero, amable y cariñosa.

La joven Alice es inocente, pero a medida que avanza el metraje lo cándido se torna estúpido y lo estúpido irritante. Una juventud incapaz de pensar, de analizar el contexto y ser coherente con las dificultades de la vida. La magia es un sueño que solventa todos los problemas. Todo lo que la "niña" quiere (vestidos, zapatos, joyas...) es dinero logrado con sudor y trabajo por el viejo mago que se lo regala a Alice en un acto ilusorio, haciéndole creer que es de la magia de donde proviene lo material.

Alice pervertida por el consumo. En el sobre
el hartazgo hacia una juventud estúpida

El fin de un mundo de ilusión. Una generación que se desvanece como el letrero de un city hall apagándose en medio de la noche. Y el futuro... una juventud con un legado, un sobre lleno de dinero con una nota: los magos no existen.

martes, 28 de agosto de 2012

Cine y juventud: Los chicos de Fengkuei (Hou Hsiao-Hsien)

Hasta que uno no llega a la fuente suele otorgarle a los diversos afluentes el mérito, o los méritos, de su naturaleza. He de reconocer que tardé en acercarme a los primeros films de Hou Hsiao-Hsien habiendo visto solamente sus últimos trabajos, mucho más maduros y pensados. Mientras descubría al maestro taiwanés lo hacía a la par con otros cineastas como lo son Jia Zhang Ke o Apichatpong Weerasethakul, y erróneamente catalogaba diferentes generaciones de cineastas en el mismo saco. Al descubrir los primeros trabajos de Hou Hsiao-Hsien separé y comprendí la importancia de uno de los mayores cineastas que ha dado el cine.

Lo real y lo ficticio

El cine como experiencia y despojado de una puesta en escena retórica es una de las cualidades del cine de nuestros días. El encuadre como contenedor de verdad y el gesto como partícula hacen del cine algo más sencillo (y a la vez complejo) que el relato. En Hou Hsiao-Hsien hay una evolución del cine de Ozu, desprendido de cierto drama y de su puesta en escena sentimos en la vivencia, y no en lo vivido, los deseos y preocupaciones que hay entre lo que se muestra frente a la cámara y el cineasta.

Con un sentimiento nostálgico Los chicos de Fengkuei ficciona la memoria del propio realizador y capta como en pocos films ese algo, llamémosle tiempo, que formar parte del pasado. El contraste entre lo rural y lo urbano, el mundo de hoy (desde nuestra experiencia y realidad de espectador) con el mundo de ayer (la realidad dentro del film), de la despreocupación al miedo, del colectivo a la soledad. Hou Hsiao-Hsien no dogmatiza, no da lecciones. Las lecciones son parte de la vida que es registrada por la película.

Entender la vida con la luz y el tiempo

Un cine que abre las posibilidades de la narración hasta lo que conocemos hoy en día y que a la vez nos regala los silencios y los gestos de un pasado, un pasado fílmico y vivido por el cineasta, un diálogo, un reflejo con los silencios y los gestos que tuvimos y aquello, volvamos a llamarle tiempo, que ya perdimos.

lunes, 27 de agosto de 2012

Cine y juventud: Le départ (Jerzy Skolimowski)

Con este post empezamos una serie de cinco artículos relacionados con el cine y la juventud. Cinco películas y cinco formas distintas de acercar el cambio de la adolescencia a la edad adulta.

Aparentemente esta película se enmarca en su tiempo por ciertos conceptos estilísticos. Por un lado esa marca post-nouvelle vague. Tanto la elección del casting como el blanco y negro o la libertad con la que se utiliza el montaje o los movimientos de cámara, son elementos formales que de entrada catalogan el film hacia un sentimiento. Por otro lado la película contiene cierta tendencia originada en A Hard Day's Night de los Beatles, donde la juventud se rebela de las generaciones mayores a través de la broma estúpida, la exageración y el desprecio. Una moda pop embadurnada con humor absurdo en el que la falta de respeto era el arma de un colectivo joven para romper el sistema en el que estaban encerrados.

Jean-Pierre Léaud sin saber que su amenaza no es no cumplir su sueño

Si asumimos lo anterior como algo circunstancial nos podremos acercar a Le Départ como lo que realmente es, una pieza de arte que supera con creces su contexto. Un viaje sin pausas por una carretera hacia un imposible. Del inconsciente de la juventud al enamoramiento como fin de la inocencia. Normalmente, a un servidor, esta premisa le sonaría a discurso gastado, pero en Le Départ es tan certero y en su ligera pretensión tan natural que hace de sus sucesoras simples copias sin verdad ni gracia.

El film de Skolimowski contiene una poética cautivadora. Se sirve del error, de la lectura documental de la propia ficción para enternecernos y hacernos adentrar en lo verdadero de los dos jóvenes que buscan cumplir su sueño. Algunas secuencias son únicas, como el plano contra plano en la feria del automóvil o el paseo con el espejo hacia la tienda de segunda mano.

La magia en quienes la ven

Le Départ parece una más, un juego de imágenes y sonidos dentre de una corriente fílmica y de aquello que la envuelve, pero tras pasar las primeras líneas de la narrativa de Skolimowski veremos como en pocos films lo cautivador de lo lúdico y de la despreocupación, del enamoramiento y del soñar. Encontraremos en lo fílmico la juventud.

viernes, 24 de agosto de 2012

Una mirada necesaria. Revista Lumière

Una conocida cita de Stendhal dice: "Son las otras artes las que me han enseñado a escribir". Sencillo y clarividente el pensamiento encierra una forma compleja de entender el acercamiento al medio artístico. Una complejidad y una sencillez que cuesta encontrar en aquellos textos que deberían guiarnos y ayudarnos a comprender tanto lo viejo como lo nuevo.

Tantas formas de entender el cine...

La función y su necesidad. Parece que el crítico y teórico español han olvidado que son un punto de luz. Un referente especializado, tanto en pensamiento como en prosa, que nos invitan a adentrarnos en territorios no frecuentados o desconocidos. Pueden aportarnos un ángulo nuevo de entender un autor habitual, o hacer un trabajo de alquimia buscando misterio donde otros ven rutina, o quizá desde la confianza nombrando tan solo el nombre de un nuevo cineasta; un pensamiento cercano y que entendemos como certero. El mundo virtual, y la doctrina que el sistema ha implantado del "todos podemos y todos valemos", han llenado cualquier espacio público (especializado o no) de oradores y retóricos alejados del proceso de la reflexión y del análisis.

Ya no sólo reclamo el deber de saber del medio que se habla, sino el de transfigurar y aplicar pensamientos e ideas de otras artes al medio del que uno es especialista. Sólo desde la comparación, y el comprender desde otras naturalezas, nuestro conocimiento puede acercarse con todos sus matices a la obra u objeto del texto.

Misteriosamente existe una (ya no tan) joven publicación que con sus defectos y virtudes se arriesga a ser un referente. La revista online (y ahora también en papel en edición limitada) LUMIÈRE. Una publicación que busca mostrar el cine desde su naturaleza. Pensando el cine a través del gesto, el intérvalo, la creación, el espectador, la experiencia... de la partícula al cosmos. Extrema por defender un cine extremo, y delicada por defender dichas cinematografías desde el amor al medio. Textos complejos que se debaten entre la sofisticación y una relación infantil, siempre necesaria, por aquello que apasiona.

Quinta publicación de LUMIÈRE

Cine como arte y arte como la interrelación entre la pintura, literatura, arquitectura, escultura... Quizá el cine que nos propone LUMIÈRE no es el cine que creemos necesitar ni el cine que pensamos que nos dará placer, pero os aseguro que las palabras que publican harán que veamos el cine que queremos con mayor sabiduría, atención y madurez. Una revista necesaria, única diría yo, en el desierto del pensamiento fílmico español.

jueves, 23 de agosto de 2012

Aprender a leer (epílogo)

Tras los tres posts anterios (primero, segundo y tercero) se trató dibujar una imagen de cierta parte del cine de Bresson. En este epílogo dejaremos que el propio Bresson se explique, quien por descontado usa las palabras exactas.

He escogido una selección de 13 citas de NOTAS SOBRE EL CINEMATÓGRAFO. Este libro escrito por el propio Bresson es un conjunto de aforismos que durante su carrera fue pensando y guardando. Pensamientos tan depurados como lo es su cine, es toda una lección de entender la creación con lo humano.

Un principio repleto de aforismos. Un manual
para aprender a leer y escribir

En mi experiencia NOTAS SOBRE EL CINEMATÓGRAFO fue el principio. Mi primer acercamiento real a entender el cine. Me serví de la mirada limpia, pura y exacta de Bresson no solo para entender la creación, sino la lectura del arte cinematográfico. Y no penséis que es exclusivo al arte bressoniano esta forma de entender el cine, desde su posición minimalista uno puede (y creo que debe) exigirle a cualquier creación los parámetros y sentimientos que Bresson ejerce en su pensamiento.

Aquí las trece citas:

"Evitar los paroxismos (cólera, espanto, etc.) que es obligado simular y en los que todo el mundo se parece."

"Nada de fotografía bonita, nada de imágenes bonitas, sino imágenes y fotografía necesarias."

"Es con lo neto y lo preciso que forzarás la atención de los desatentos de ojo y de oído."

"Montar una película es enlazar las personas unas con otras y con los objetos a través de las miradas."

"Quien puede con lo menos puede con lo más. Quien puede con lo más no necesariamente puede con lo menos."

"Una sola palabra, un solo gesto inadecuado, o simplemente mal colocado, impide todo el resto."

"No embellezcas ni afees. No desnaturalices."

"No mostrar todos los lados de las cosas. Margen de indefinición."

"¡Que estragos, y no sólo en el público, hace una crítica perezosa, retrógrada, al juzgar desde la óptica del teatro!"

"No pienses en tu película al margen de los medios de los que te has dotado."

"Retoca lo real con lo real."

"Silencio absoluto y silencio obtenido por el pianissimo de los ruidos."

"El vínculo imperceptible que liga tus imágenes más distantes y más distintas, es tu visión."

Robert Bresson (1901-1999)

Ahora sí. Cerramos este pequeño homenaje a Robert Bresson. Os animo a buscar más en su cine y en la lectura de NOTAS DEL CINEMATÓGRAFO. Quizá sentís fatiga en algún momento, pero todo esfuerzo encuentra su recompensa.

Notas del cinematógrafo (Robert Bresson) Ed. Ardora Ediciones 1997

miércoles, 22 de agosto de 2012

13 fotogramas en el cine de Robert Bresson: Parte 03

En los anteriores posts, en el primero y el segundo, hacíamos una pequeña reseña de un fotograma de cada película de Bresson. En este tercer post cerramos la lista con los cinco últimos fotogramas del cine de Bresson.

Una mujer dulce (1969)

Luc subiendo las escaleras esperando encontrar a su mujer cantando

Una película compleja, cine del desencuentro. Luc no comprende el suicidio de su mujer, y trata de recordar que motivos llevaron a la "mujer dulce" a quitarse la vida. En medio del recuerdo vemos una constante búsqueda de Luc por encontrarse en el plano de la lógica y de la emoción con su mujer, la cual es pura incógnita. Estas escaleras que vemos en el fotograma sirven a Luc como vínculo con el mundo de su mujer, un vínculo laberíntico que solo lleva al no encuentro. La utilización de una acción sobre une elemento (subir una escalera) como definición de algo humano.

Cuatro noches de un soñador (1971)

Dos manos se cogen bajo la mesa y dos piernas cruzan caminando
por delante de cámara (disculpad la calidad de la imagen)

Historia de amor joven y de pérdida. Dos manos separadas durante toda una película que por fin llegan a unirse. Un triángulo amoroso con la duda que el tercero aparezca y deshaga la unión. El misterio del tercero es representado siempre por dos piernas cruzando por delante de cámara. Un simple movimiento que suscita nuestros miedos. Una sensación que creemos sobreinterpretar cada vez que sucede en el plano pero que cada uno de nosotros sentimos al ver la película. Un sentimiento de intimidad entre el código del cineasta y el espectador creado puramente por el cineasta.

Lancelot du Lac (1974)

Los hombres de Arturo se acercan por el bosque a la ventana
donde están los amantes Ginebra y Lancelot.

La perdición del hombre cuando Dios le abandona. Lancelot du Lac sitúa a la corte del rey Arturo en una pesadilla donde el hombre consume al hombre por sus bajezas y debilidades. En este fotograma el séquito de caballeros desconfiados por el romance entre Lancelot y Ginebra se acercan sigilosos al lugar de encuentro entre los amantes. La imagen es la subjetiva que ve Lancelot a través de la ventana. Una situación casi irreal, espectral, de como los hombres se convierten en sombras amenazantes en su sin sentido de existir.

El Diablo probablemente... (1977)

Primer fotograma del film: "Un joven se suicida en Pere-Lachaise"

Primera imagen de la película. Tras conocer esta información Bresson empieza un flashback (6 meses atrás). El director nos desvela el desenlace, al igual que sucedía en "Un condenado a muerte se ha escapado" (título que resume toda la película). Para Bresson el proceso es más significante que el fin. El fin en si es sólo un elemento más, sin la vivencia de todos los elementos que le precede el fin es mera información. Hemos de vivir la película y comprender que aquello informativo en un principio tiene otra lectura, otro sentimiento. Otra emoción.

L'argent (1983)

El primer fotograma de la madre de un niño con ansias de dinero abriendo el bolso

Esta es la presentación de la madre de uno de los personajes de "El dinero". El hijo de esta mujer sólo tiene un interés desmedido por el dinero, tanto que tras hablar con su madre la primera imagen que recibimos de ella es justo en el momento que abre el bolso. Bresson se apoya en el montaje y el punto de corte de cada plano para crear nuevas ideas. El punto de corte por lo tanto sirve para mostrar qué gesto (y cuándo y cómo) debe mostrarse.

Aquí finaliza esta enumeración y reseñas de los 13 fotogramas. En el próximo post, un epílogo de este tríptico con citas de Notas Sobre El Cinematógrafo de Bresson, servirá para acabar de cerrar el repaso por la técnica e ideas del cineasta francés.

martes, 21 de agosto de 2012

13 fotogramas en el cine de Robert Bresson: Parte 02

En el anterior post empezamos comentando cuatro fotogramas de cuatro películas distintas de Robert Bresson. A continuación seguimos con los próximos cuatro títulos de su filmografía.

Pickpocket (1959)

El carterista arrepentido de sus elecciones es separado
de la mujer que le ama por la reja de una prisión

Los planos finales en el cine de Bresson son por norma reveladores. Un plano cargado de verdad que hace reconsiderar y comprender el resto del material que se ha visto antes de dicho plano. Cuando al final del relato el carterista se apiada de su destino y encuentra a la persona que permanecerá a su lado (con la imposibilidad de la unión por la reja) comprendemos Pickpocket desde un nuevo prisma, entendemos al carteristas y podemos construir el personaje con todos los matices que necesita.

El proceso de Juana de Arco (1962)

Los zapatos y pertenencias de Juana de Arco quemándose en la hoguera

En una película que como dice el título es un proceso, la frialdad y lo mecánico reina sobre todo lo demás. Asistimos a las actas oficiales de un juicio que Bresson filma tratando de manipular lo menos posible. Es hasta su desenlace con la quema de Juana de Arco que los 50 minutos de película vistos se tornan de lo informativo a lo emocional. Un sentimiento panteísta desborda el fotograma y asistimos a la desaparición del ser a través de lo material. Un momento aterrador.

Al azar de Baltasar (1966)

Al moverse el viticultor descubrimos a Baltasar, el asno, en la penumbra

En medio de la tormenta Marie se refugia en la casa del oscuro viticultor que ansía abusar de la joven. Aparentemente los dos están solos en el cobertizo cuando sucede toda la tensión de un contrato mudo de favores sexuales. Con un pequeño gesto descubrimos tras el viticultor al asno Baltasar siendo testigo del pecado y del sufrimiento, siempre callado, siempre omnipresente Baltasar carga con los males que le rodean. Un detalle muy sutil, una dirección maestra.

Mouchette (1967)

Las manos de Mouchete agarrando la espalda
de Arsène al inicio de la violación

La duda de no saber siempre molesta al espectador conservador. En Bresson la duda es orgánica, natural. Forma parte de nosotros y de nuestra forma de sentir y pensar. Al ver los brazos de la niña Mouchette sobre la espalda de su violador uno no sabe si es un forcejeo, si es de excitación porque descubre el sexo cuando empieza a ser mujer, si es compasión hacia Arsène el epiléptico, o si es compasión por ella misma. Un cocktail en una situación tan extrema, y no poder discernir entre las opciones, hace que la duda permanezca en uno. Bresson juega con lo ambiguo, tanto en la psicología de sus personajes como en la necesidad de sus espectadores.

En el próximo y tercer post cerramos este conjunto de reseñas con los cinco fotogramas de las últímas películas de la filmografía de Robert Bresson.

lunes, 20 de agosto de 2012

13 fotogramas en el cine de Robert Bresson: Parte 01

Pocos cineastas tienen una obra tan completa y concisa como lo es la de Robert Bresson. 13 películas realizadas en el transcurso de 40 años. Una obra madura que busca alcanzar la pureza de una forma de hacer cine que el propio Bresson ingenió. En vez de llamarlo "cine" Bresson denominó "cintematógrafo" a su arte, con unas reglas lógicas y una filosofía empeñada en lo exacto, lo sencillo y lo verdadero. Este es el primero de tres posts donde comentaré 13 fotogramas del cine de Robert Bresson. Uno por película, tratando de dibujar una imagen (quizá la sombra de ésta) de ciertas ideas encerradas en el arte de Bresson.

Los ángeles del pecado (1943)

Dos novicias reciben sus votos para formar parte
de una congregación dominicana

Dos monjas tendidas en el suelo con los brazos abiertos en cruz. Bresson plasma en la película con veracidad una ceremonia donde dos mujeres entregan su devoción a Dios, su respeto y humildad. Una imagen poderosa, única en relación con la mujer y el celuloide. La figura del cuerpo humano, lo trascendente que desprende, las cuestiones que plantea. Un colectivo y el individuo. La sumisión, la contemplación de esta sumisión y el primer gesto lleno de misterio en un camino hacia la pureza.

Las damas del bosque de Bolonia (1945)

A consecuencia de un empujón un hombre golpea
una mesa y la hace caer al suelo

Una cabaretista abocada a la mala vida se rebela ante la falta de respeto de un hombre propasado. El resultado es un empujón. El resultado del empujón una mesa que cae al suelo. La consecuencia una línea de fuerza invisible que hará cortar al siguiente plano. El de una mujer perversa mirando la escena tras una puerta de cristal. Se crea esa línea recta (que cruza tres planos) entre la cabaretista y la mujer perversa, y en medio el exceso, el vicio y el abuso. Todo es tan sintético y sucede tan natural que la idea viaja de tu cerebro a la emoción en un golpe de mesa sobre el suelo.

Diario de un cura rural (1950)

Un joven cura moribundo es atendido por una niña cuando ésta se lo encuentra
desmayado en el camino. Ambos transitan en la penumbra de la noche

Por primera vez sentimos una de las ideas fundamentales en el cine de Bresson: la compasión. La imagen de este joven cura deambulando al lado de la niña con el farolillo se filtra directamente a las entrañas. La soledad, el dolor y la incomprensión de la suerte del cura rural surge como una alarma, transformando todo un proceso en una pasión y vemos en su caminar el dolor que le precede y el dolor que permanecerá tras su muerte.

Un condenado a muerte se ha escapado (1956)

El condenado ante la duda si explicar o no su plan de evasión a su
nuevo enigmático compañero de celda situado tras su espalda.

La fuerza del gesto en el cine de Bresson como contenedor de ideas es uno de los elementos fundamentales en su mecanismo narrativo. En este fotograma sentimos la presión y la duda, no sabemos si el nuevo compañero de celda del condenado es un traidor infiltrado y si explicarle el plan es abocar todo el proceso al fracaso y la muerte. Bresson se sirve de este plano sin rostro del posible traidor, y le hace dar un pequeño paso hacia enfrente, acercándose a la espalda del condenado mientras éste insinúa un gesto de atención levantando la cabeza. Sólo con eso es suficiente para llevar toda la intriga y suspense a un instante.

En el próximo post comentaremos las siguientes 4 películas.

domingo, 19 de agosto de 2012

Lupus (Frederik Peeters)

Al mirar la obra de un nuevo autor, bien sea en una película, en un libro o en un cómic (o en cualquiera de las otras artes), y te adentras en su universo sin perspectiva alguna, hay la necesidad de agarrarse a algo, que ese mundo desconocido te de alguna pista que conecte contigo. A veces es el uso de la elipsis entre secuencia y secuencia, el exceso o la falta de adjetivación en la prosa, o la disposición de las viñetas en la página. Algo lo suficiente pequeño para que sea entre tú y la obra y nadie más, un golpe de electricidad entre una idea y la forma de sentir las cosas.

Un nombre en medio del universo es suficiente para presentar Lupus.

Cuando leí Lupus de Frederik Peeters disfruté del dibujo (muy expresivo) de los personajes, del homenaje a Hunter S. Thompson, del tempo de lectura de cada viñeta... pero no podía decirme a mí mismo si estaba leyendo un buen o un mal cómic. De si debía mirarlo con unos ojos despreocupados o al contrario, una mirada atenta hacia cualquier decisión. De repente veo un conjunto de 4 viñetas, sin distinciones entre las anteriores y las posteriores, y entonces lo sé. El cómic me ha encontrado y yo ya estoy dentro de él.

Cuatro viñetas que dialogan cada una con el resto y viceversa. Multitud de mensajes.
Ideas que se complementan. Sentimientos que se confrontan.

Lupus tiene la virtud de no aparentar lo que es. De dibujar una historia de dos fugitivos por el universo y trazar una relación de amor y necesidad. Mientras Lupus se va cerrando en su protagonista, en sus filias y sus fobias, es cuando un punto de luz nos muestra en que dirección pensar la narrativa. Del todo del cosmos a las estrías en la uña de un pie, y es en medio de este juego de magnitudes donde está Lupus, un joven (ya no tan joven) que se sigue preguntando lo mismo que al inicio del relato. Lupus es ese tipo de obras que subrayan tus dudas para recordarte que (aunque a veces dormidas) siguen allí sin ninguna respuesta.

Por cierto: impecable desenlace rompiendo la coherencia del relato. Un final con algo más que simple talento.

Lupus (Frederik Peeters) Ed. Astiberri Ediciones 2005

sábado, 18 de agosto de 2012

Todo Vale

Es sabido que los profesionales que trabajan en grandes campañas de publicidad suelen cobrar unos sueldos abundantes (por mal que nos pese lo que consideramos por abundancia es algo muy subjetivo). Se justifica tal abundancia en relación a los grandes beneficios que tal o cual marca comercial conseguirá gracias a ese trabajo publicitario. También se hace eco de la presión y el sinfín de horas que los profesionales dedican en un calendario in extremis para llegar a cumplir las exigencias de sus clientes. Todo ello y el caché del profesional justifica esa paga desmedida de €/hora.

También se habla de éxito si una gran marca comercial pone el ojo sobre tu empresa publicitaria. Trabajar con los grandes es señal de alcanzar una cima en un mundo en competición por tocar el cielo. Evidentemente el sistema crea esas necesidades, el propio mundo corporativo (quien será el cliente para el publicitario dada la ocasión) genera esas ansias y esos deseos para trabajar al servicio de un sistema que quiere venderse y mostrarse mejor al resto de la sociedad.

Nestlé ayudó a deforestar bosques y selvas para obtener de sus plantaciones aceite de palma

Si le sumamos que en España, nuestro caso, no hay industria cinematográfica (y si no la hubo menos la habrá ahora), y hay un numeroso sector profesional que necesita pagar el alquiler y comer algo de vez en cuando, entendemos que se presten a trabajar más que por éxito por necesidad. Pero si seguimos teniendo en cuenta que la educación para pensar la imagen (en el sector que se dedica a crear imágenes)  no es muy dada a cuestionar ni fomentar la naturaleza de éstas, y mucho menos el razonar sus cualidades éticas y morales, entendemos aún mejor porqué todo ese grupo de personas trabajan para quién y haciendo el qué.

Porque solo que nos detuviéramos un minuto a pensar, y me gustaría creer que sería así, nos daríamos cuenta que al trabajar para Nike estamos ayudando a que haya más esclavitud en el mundo, que hacer que el Banc de Sabadell o La Caixa de más confianza a los nuestros es un acto de traición al conciudadano, o que hacer de Nestlé algo más dulce es ayudar a deforestar el planeta. El sistema se encarga de devorarlo todo, de hacer del arte un medio, del pensamiento una banalidad, del individuo una herramienta y de la sociedad el motor para que todo gire.

A nuestro catalán del año no le importa ganar aún más dinero para ayudar a que nos engañen

Me sigo preguntando sobre esos grandes sueldos, sobre el talento que creemos que estamos vendiendo, las horas de vida invertidas al interés de un cliente exigente. Contra menos pensamos más acatamos, y de nuestro talento y sensibilidad creamos imágenes, sonidos e ideas para ayudar al poder, un poder sin tridente ni cuernos, y no seremos conscientes de ello, pero llegará el día que ya no nos pertenecerá más alma que venderle.

viernes, 17 de agosto de 2012

El acto de animar

Los llamados dibujos animados son un elemento que forma parte de la cultura popular desde los orígenes del cine. Nos hemos acostumbrado a ver formas imposibles e irreales caminando, hablando, sintiendo, expresando, como algo coherente dentro de las reglas de su naturaleza. A veces le damos pause al vídeo en movimiento y allí tenemos, delante nuestro, un dibujo congelado. Tan sólo un dibujo con sus trazos y sus colores. Dos universos opuestos que nunca relacionamos en nuestra mente. Por un lado el movimiento de un ser animado como una cualidad inherente a su condición de animado, y por el otro un dibujo inerte, un conjunto de manchas en un papel que tratan de expresar algo concreto.

Grillo con la espada en la piedra en Merlín el Encantador

Es evidente que si nos detenemos un tiempo a pensar y nos ayudamos de la lógica asumimos que es una persona la que dibuja esos seres, o elementos, y mediante la yuxtaposición de otros dibujos similares se produce ese efecto que nosotros llamamos "dar vida". Es precisamente antes de esa definición donde sucede lo que más asombro me produce del acto de animar. Antes de la yuxtaposición de dibujos, antes del lápiz sobre el papel, antes de coger el lápiz... justo antes, cuando el animador sentado en silencio y pensando se imagina en su mente un movimiento. Ese movimiento debe producir una emoción, expresar un sentimiento, una forma de vida. El animador descompone el movimiento en 12 partes por segundo (a veces más o a veces menos) y entiende cada parte dentro de un todo para que dos segundos de un gesto expresen algo relacionado con lo humano, con la forma de entender la vida y transmitirla.

Milt Kahl (animador de Disney) haciendo magia con el lápiz
(hacer click en la imagen para ampliar)

Animar es un arte donde el animador tiene el control absoluto de cada partícula de su medio (el fotograma por segundo/la línea y el punto en el papel). Pocos medios tienen esa capacidad y por lo tanto en muy pocos hay tanta responsabilidad sobre cada decisión.

En este blog (livlily.blogspot.fr) podéis zambulliros y descubrir un sinfín de cosas del cine de animación. Os lo recomiendo.

jueves, 16 de agosto de 2012

Cine Imprescindible: Parte 03

Tercera y última parte de este catálogo personal de aquellos films que considero imprescindibles en los últimos 10 años. En los anteriores posts, tanto el primero, como el segundo, encontraréis el resto de la lista.

Uncle Boonmee Recuerda sus Vidas Pasadas (Apichatpong Weerasethakul) 2010

Mosaico hermoso sobre la vida y todo aquello que la compone. Weerasethakul se nutre de su cultura, su historia y pasado, del presente, de las leyendas, de los cuentos populares, de los sentimientos entre las personas, del misticismo, de los miedos, de la paz, de la vida, de la transformación... un seguido de situaciones y relatos para insuflar vida en (quizás) la película más enigmática y conmovedora de los últimos años.

Uncle Boonmee va más allá del sentido cinematográfico

Un Cuento de Navidad (Arnaud Desplechin) 2008

La familia es uno de los organismos más complejos que puedo llegar a imaginar. Son tantas las conexiones que existen entre aquello que la forma que es difícil definirla. ¿Cómo expresar amor y odio en una misma idea? Desplechin verbaliza todos los sentimientos y pensamientos de sus protagonistas. Muestra sobra la mesa todas las cartas que le interesa para que permanezca, justo por debajo de la narrativa, aquello indescifrable, ese vínculo invisible que une - en su propia naturaleza - a la familia.

Amalric, soberbio como el mal hijo en Un cuento de Navidad

Love Exposure (Sion Sono) 2008

Arrollador manga en carne viva. Película de 4 horas que se siente como un soplo. Ligera e intensa a partes iguales. Sion Sono une romanticismo y religion recordando la frescura de los films de la Nouvelle Vague. Es una propuesta tan surrealista y a la par contundente que sólo puedes tomártela en serio y dejar que te impregne la sinceridad y la locura de sus protagonistas.

Religión, amor, travestismo, voyeurismo... todo cabe en Love Exposure

El Niño (Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne) 2005

La visión de Robert Bresson sigue vigente gracias a los cineastas belgas. El Niño, en mi opinión su película más redonda, no es sólo una historia conmovedora donde reina la compasión, es también una lección de cine. Un forma de hacer cine que te educa la mirada mientras lo estás viendo, un cine que agudiza tu sensibilidad en la utilización de los planos, en la yuxtaposición entre ellos y en cómo se suceden. Un cine de la exactitud, de la sencillez. Una obra maestra de una forma de entender el arte cinematográfico.

La naturalidad encuentra lugar en la exactitud de los Dardenne. El niño

Deadwood (David Milch) 2004

El único ejemplo de propuesta de cine clásico que añado a la lista es esta serie de la HBO creada por David Milch. Deadwood es un western oscuro y realista, fuertemente shekaspeariano y de una densidad considerable. Su narrativa lleva los conceptos del postclasicismo emergentes en el cine de Coppola, Friedkin o Scorsese a lo más alto. Ni Clint Eastwood ni los hermanos Coen ni David Fincher. Los personajes de Milch y sus complejos dramas es el mejor ejemplo de clasicismo hecho en años. Puntualizar que la serie no tiene desenlace (no importa, el viaje merece la pena aunque es doloroso llegar a un no final), y mencionar que su personaje principal, Al Swearengen, es - en mi humilde opinión - el mejor personaje de la historia del cine.

Sencillamente Swearengen

Con esto concluímos esta lista de 15 títulos. Si creéis que hay otros que no menciono y deberían estar no dudéis en escribirlo en los comentarios. Esta lista es personal y tiene más que ver con mi forma de entender el cine que con el cine en si.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Cine Imprescindible: Parte 02

Seguimos con aquellas películas que considero imprescindibles de los últimos 10 años. En el post anterior nombramos las 5 primeras películas de esta lista de 15. Continuemos entonces en esta segunda parte.

Caché (Michael Haneke) 2005

El resultado cumbre de la cinematografía del cineasta germano-austriaco. Sólo su planteamiento roza lo imposible y Haneke en su puesta en escena nos muestra todo lo oculto que tanto anuncia el título de la película. Nadie ha logrado lo que este film, un retrato del sentimiento occidental, el indivíduo contemporáneo desnudado. Y como espectadores no entendemos como funciona su puesta en escena, simplemente la percibimos.

Nos estremece lo oculto en Caché

Meek's Cutoff (Kelly Reichardt) 2010

Reichardt ha investigado durante sus primeras películas narrar la experiencia, las vivencias, el tiempo real, las sensaciones que llegan a través de los cinco sentidos. Su estilo aparentemente descuidado coge una forma impecable y limpia en su reinvención del western. Su película es un viaje a ninguna parte que funciona como la otra cara de la moneda del western clásico. Cada cuadro es un sentimiento y la búsqueda de un nuevo mundo es el desasosiego de un país que está por nacer.

Una mujer hace un western de mujeres para cambiar la historia del género

Muybridge's Strings (Koji Yamamura) 2011

Koji Yamamura en una entrevista dijo una vez que el cine no se ha de explicar, se ha de sentir, tanto para el que lo hace como para el que lo ve. Sería imposible explicar Muybridge's Strings, es una pieza inabarcable. Lo fascinante es como a través de la animación Yamamura reflexiona sobre cuestiones relacionadas con el cine (captando la realidad) y los vínculos e instantes que existen entre todas las personas y elementos. Tiempo y emoción.

Todo está conectado por las cuerdas de Muybridge

S21 La Máquina de Matar de los Jemeres Rojos (Rithy Panh) 2003

Este documental recuerda a la práctica de Bresson con sus módelos, una práctica personal que el realizador francés utilizaba para vaciar de tics y malos hábitos a sus no actores para sacar de ellos algo verdadero y sincero. Panh aplica esta técnica a un grupo de carceleros y verdugos de uno de los mayores genocidios de la historia moderna. El resultado es aterrador. Un viaje a través del gesto donde con un ejercicio que nos posiciona en la objetividad nos encontramos en medio del horror.

Los verdugos escuchando a la víctima en S21

Misterios de Lisboa (Raoul Ruiz) 2010

Inmenso folletín. Ruiz se labró una basta filmografía llena de propuestas arriesgadas. Planteamientos radicales que no hacían otra cosa que posicionar a su autor y a sus principios frente a un arte. Misterios de Lisboa es la recompensa del cineasta chileno. Una obra máxima que recoge saber y madurez en cada fotograma y en los espacios que hay entre ellos.

Uno de los miles de fotogramas que destilan "cine" en Misterios de Lisboa

En el próximo y último post de este tríptico comentaremos las últimas 5 películas de la lista.

martes, 14 de agosto de 2012

Cine Imprescindible: Parte 01

Este es el primero de tres posts donde mencionaré, sin orden alguno y ningún afán de crear una lista absoluta, un seguido de películas que considero imprescindibles. Películas enmarcadas en los últimos diez años; tanto largometrajes como cortometrajes, ficción, documental, live action o animación. Aquí las 5 primeras.

La Cuestión Humana (Nicolas Klotz) 2007

Cine necesario. Narrativa laberíntica que nos busca para agarrarnos y llevarnos a una verdad. Cine para encontrarnos en nuestro entorno y hacernos partícipes de él. Un ensayo desgarrador desde la ignorancia al centro de nuestra condición. Un juicio a nuestra capacidad de pensar y sentir.

Frialdad y distancia en La Cuestión Humana

Stingray Sam (Cory McAbee) 2009

Cory McAbee insiste en sus mundos absurdos tras The American Astronaut (2001). Esta vez una película mucho más pequeña, más absurda y más íntima. La demostración que no hace falta grandes medios para contar grandes historias. Un cuento infantil donde los niños son los adultos en un universo desolador.

Padre e hija, ambos protagonistas en Stingray Sam

I don't Want to Sleep Alone (Tsai Ming-liang) 2006

La soledad hecha cine. Tsai Ming-liang recupera a Bresson y Antonioni llevando el espacio fílmico hacia cotas altísimas. Una película sobre la necesidad de estar acompañado. Una ciudad alienante, fantasmagórica, encuadres arquitectónicos, ambientes sonoros, luces y colorismo, elementos y fetiches... gestos. Un poema.

Personas habitando espacios. I don't Want to Sleep Alone

Le Filmeur (Alain Cavalier) 2005

Alain Cavalier redescubre el mundo a través del LCD de su nueva cámara miniDV. La mirada infantil surge en el director veterano donde cada detalle es fascinante desde el visor digital, todo cobra intencionalidad al ser enmarcado y el acto cinematográfico nunca ha sido tan puro.

La mirada y la cámara. Cavalier es Le Filmeur

Killer Joe (William Friedkin) 2011

El mejor film canalla en años. Muy mala leche y una dirección rabiosa y radical para un William Friedkin que retorna de las cenizas más joven que nunca. Cuando el cine estadounidense mira hacia atrás para rememorar el cine de los 70 y 80, uno de sus padres (o abuelos) da un paso hacia adelante. Killer Joe hace de cualquier propuesta algo pueril.

Nunca McConaughey estuvo tan grande. Él es Killer Joe en cuerpo y alma.

En el próximo post seguiremos con otros 5 títulos.

lunes, 13 de agosto de 2012

120 Historias del Cine (Alexander Kluge)

Uno tiene el confort de saber que siempre habrá uno más, alguien nuevo que por su no conocimiento ignoraba, hasta la fecha del descubrimiento, su existencia. Siempre hay esa previa desazón que hace creer que no se volverá a encontrar un autor que se comunique contigo con una mirada que se acerque a la tuya. Mi última alegría ha sido Alexander Kluge. Un cineasta (por qué no decirlo) complejo, pero que encierra en sus imágenes, y en la unión de ellas, tal cantidad de ideas y matices que hacen imposible el pretender abarcar todas las posibilidades que ofrecen.

Cineasta alemán, o cronista alemán mejor dicho. Kluge analiza mediante su viaje cinematográfico, toda su filmografía, las cuestiones que surgen en su sociedad en el transcurso de los hechos a través de la propia historia de su país. Un retrato de la Alemania post-nazi destinado a afectar el juicio y criterio de su sociedad. Creador brechtiano que busca, inventa y reinventa en la forma y en la construcción de historias el camino para llegar a la conciencia de sus coetáneos.

Kluge, un cineasta científico que no olvida la emoción

La faceta fílmica de Kluge es un complemento en su trayectoria artística. Kluge considerado como uno de los mayores escritores alemanes de su tiempo encuentra en las letras su forma más sincera para expresarse. El cine es una herramienta, otra forma para explorar. Por eso, el libro que cito en este post, 120 HISTORIAS DEL CINE es una mirada menos analítica, más poliédrica y romántica, sobre una idea nuclear del elemento fílmico. Pequeños relatos y reflexiones de los cuales se sirve Kluge para cultivar nuestras miradas sobre aquello que llamamos cine.

Aquí un breve relato que me cautivó:


EL SOL EN EL DEPÓSITO DESCUIDADO DE UN IMPORTANTE ESTUDIO DE FILMACIÓN A LAS DOS Y MEDIA DE LA TARDE

En un depósito de los estudios ccc de Berlín-Spandau donde se guardaban vestuarios y decorados, caía sobre la gran pared beige opuesta a las ventanas el reflejo del movimiento de los arbustos y árboles que rodeaban el edificio. El sol iluminó el movimiento tembloroso de esos seres vivos, y lo condujo a lo largo de la pared durante toda la tarde, hasta que se puso a las seis de la tarde. Ningún instante fue igual al otro. Los dibujos lumínicos, de vida breve e imposibles de reconstruir incluso un instante después, eran reemplazados por otras figuras. Si se filma ese movimiento a una velocidad de proyección de una imagen por segundo, se fijará la luz solar de modo indirecto y en una "vívida sucesión de acontecimientos".
Mientras en el estudio montaban la escena y rodaban un drama con poco despliegue de decorados y reflectores fijos, ahí, en el depósito, cobraba existencia el desafío, el motivo cinematográfico.

120 historias para ver mejor

120 HISTORIAS DEL CINE son tantas formas como el cine de Kluge, tantas posibilidades como sus 120 partes que desmontan una idea para apreciar y entender cada una de las piezas, las piezas que dan sentido al origen, al proceso, a la mirada y al resultado.


120 Historias del Cine (Kluge, Alexander) Ed. Caja Negra Editora 2010