Pocos cineastas tienen una obra tan completa y concisa como lo es la de Robert Bresson. 13 películas realizadas en el transcurso de 40 años. Una obra madura que busca alcanzar la pureza de una forma de hacer cine que el propio Bresson ingenió. En vez de llamarlo "cine" Bresson denominó "cintematógrafo" a su arte, con unas reglas lógicas y una filosofía empeñada en lo exacto, lo sencillo y lo verdadero. Este es el primero de tres posts donde comentaré 13 fotogramas del cine de Robert Bresson. Uno por película, tratando de dibujar una imagen (quizá la sombra de ésta) de ciertas ideas encerradas en el arte de Bresson.
Los ángeles del pecado (1943)
Dos monjas tendidas en el suelo con los brazos abiertos en cruz. Bresson plasma en la película con veracidad una ceremonia donde dos mujeres entregan su devoción a Dios, su respeto y humildad. Una imagen poderosa, única en relación con la mujer y el celuloide. La figura del cuerpo humano, lo trascendente que desprende, las cuestiones que plantea. Un colectivo y el individuo. La sumisión, la contemplación de esta sumisión y el primer gesto lleno de misterio en un camino hacia la pureza.
Las damas del bosque de Bolonia (1945)
Una cabaretista abocada a la mala vida se rebela ante la falta de respeto de un hombre propasado. El resultado es un empujón. El resultado del empujón una mesa que cae al suelo. La consecuencia una línea de fuerza invisible que hará cortar al siguiente plano. El de una mujer perversa mirando la escena tras una puerta de cristal. Se crea esa línea recta (que cruza tres planos) entre la cabaretista y la mujer perversa, y en medio el exceso, el vicio y el abuso. Todo es tan sintético y sucede tan natural que la idea viaja de tu cerebro a la emoción en un golpe de mesa sobre el suelo.
Diario de un cura rural (1950)
Por primera vez sentimos una de las ideas fundamentales en el cine de Bresson: la compasión. La imagen de este joven cura deambulando al lado de la niña con el farolillo se filtra directamente a las entrañas. La soledad, el dolor y la incomprensión de la suerte del cura rural surge como una alarma, transformando todo un proceso en una pasión y vemos en su caminar el dolor que le precede y el dolor que permanecerá tras su muerte.
Un condenado a muerte se ha escapado (1956)
La fuerza del gesto en el cine de Bresson como contenedor de ideas es uno de los elementos fundamentales en su mecanismo narrativo. En este fotograma sentimos la presión y la duda, no sabemos si el nuevo compañero de celda del condenado es un traidor infiltrado y si explicarle el plan es abocar todo el proceso al fracaso y la muerte. Bresson se sirve de este plano sin rostro del posible traidor, y le hace dar un pequeño paso hacia enfrente, acercándose a la espalda del condenado mientras éste insinúa un gesto de atención levantando la cabeza. Sólo con eso es suficiente para llevar toda la intriga y suspense a un instante.
En el próximo post comentaremos las siguientes 4 películas.
Los ángeles del pecado (1943)
Dos novicias reciben sus votos para formar parte
de una congregación dominicana
Dos monjas tendidas en el suelo con los brazos abiertos en cruz. Bresson plasma en la película con veracidad una ceremonia donde dos mujeres entregan su devoción a Dios, su respeto y humildad. Una imagen poderosa, única en relación con la mujer y el celuloide. La figura del cuerpo humano, lo trascendente que desprende, las cuestiones que plantea. Un colectivo y el individuo. La sumisión, la contemplación de esta sumisión y el primer gesto lleno de misterio en un camino hacia la pureza.
Las damas del bosque de Bolonia (1945)
A consecuencia de un empujón un hombre golpea
una mesa y la hace caer al suelo
Una cabaretista abocada a la mala vida se rebela ante la falta de respeto de un hombre propasado. El resultado es un empujón. El resultado del empujón una mesa que cae al suelo. La consecuencia una línea de fuerza invisible que hará cortar al siguiente plano. El de una mujer perversa mirando la escena tras una puerta de cristal. Se crea esa línea recta (que cruza tres planos) entre la cabaretista y la mujer perversa, y en medio el exceso, el vicio y el abuso. Todo es tan sintético y sucede tan natural que la idea viaja de tu cerebro a la emoción en un golpe de mesa sobre el suelo.
Diario de un cura rural (1950)
Un joven cura moribundo es atendido por una niña cuando ésta se lo encuentra
desmayado en el camino. Ambos transitan en la penumbra de la noche
Por primera vez sentimos una de las ideas fundamentales en el cine de Bresson: la compasión. La imagen de este joven cura deambulando al lado de la niña con el farolillo se filtra directamente a las entrañas. La soledad, el dolor y la incomprensión de la suerte del cura rural surge como una alarma, transformando todo un proceso en una pasión y vemos en su caminar el dolor que le precede y el dolor que permanecerá tras su muerte.
Un condenado a muerte se ha escapado (1956)
El condenado ante la duda si explicar o no su plan de evasión a su
nuevo y enigmático compañero de celda situado tras su espalda.
La fuerza del gesto en el cine de Bresson como contenedor de ideas es uno de los elementos fundamentales en su mecanismo narrativo. En este fotograma sentimos la presión y la duda, no sabemos si el nuevo compañero de celda del condenado es un traidor infiltrado y si explicarle el plan es abocar todo el proceso al fracaso y la muerte. Bresson se sirve de este plano sin rostro del posible traidor, y le hace dar un pequeño paso hacia enfrente, acercándose a la espalda del condenado mientras éste insinúa un gesto de atención levantando la cabeza. Sólo con eso es suficiente para llevar toda la intriga y suspense a un instante.
En el próximo post comentaremos las siguientes 4 películas.
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