Con este post empezamos una serie de cinco artículos relacionados con el cine y la juventud. Cinco películas y cinco formas distintas de acercar el cambio de la adolescencia a la edad adulta.
Aparentemente esta película se enmarca en su tiempo por ciertos conceptos estilísticos. Por un lado esa marca post-nouvelle vague. Tanto la elección del casting como el blanco y negro o la libertad con la que se utiliza el montaje o los movimientos de cámara, son elementos formales que de entrada catalogan el film hacia un sentimiento. Por otro lado la película contiene cierta tendencia originada en A Hard Day's Night de los Beatles, donde la juventud se rebela de las generaciones mayores a través de la broma estúpida, la exageración y el desprecio. Una moda pop embadurnada con humor absurdo en el que la falta de respeto era el arma de un colectivo joven para romper el sistema en el que estaban encerrados.
Si asumimos lo anterior como algo circunstancial nos podremos acercar a Le Départ como lo que realmente es, una pieza de arte que supera con creces su contexto. Un viaje sin pausas por una carretera hacia un imposible. Del inconsciente de la juventud al enamoramiento como fin de la inocencia. Normalmente, a un servidor, esta premisa le sonaría a discurso gastado, pero en Le Départ es tan certero y en su ligera pretensión tan natural que hace de sus sucesoras simples copias sin verdad ni gracia.
El film de Skolimowski contiene una poética cautivadora. Se sirve del error, de la lectura documental de la propia ficción para enternecernos y hacernos adentrar en lo verdadero de los dos jóvenes que buscan cumplir su sueño. Algunas secuencias son únicas, como el plano contra plano en la feria del automóvil o el paseo con el espejo hacia la tienda de segunda mano.
Le Départ parece una más, un juego de imágenes y sonidos dentre de una corriente fílmica y de aquello que la envuelve, pero tras pasar las primeras líneas de la narrativa de Skolimowski veremos como en pocos films lo cautivador de lo lúdico y de la despreocupación, del enamoramiento y del soñar. Encontraremos en lo fílmico la juventud.
Aparentemente esta película se enmarca en su tiempo por ciertos conceptos estilísticos. Por un lado esa marca post-nouvelle vague. Tanto la elección del casting como el blanco y negro o la libertad con la que se utiliza el montaje o los movimientos de cámara, son elementos formales que de entrada catalogan el film hacia un sentimiento. Por otro lado la película contiene cierta tendencia originada en A Hard Day's Night de los Beatles, donde la juventud se rebela de las generaciones mayores a través de la broma estúpida, la exageración y el desprecio. Una moda pop embadurnada con humor absurdo en el que la falta de respeto era el arma de un colectivo joven para romper el sistema en el que estaban encerrados.
Jean-Pierre Léaud sin saber que su amenaza no es no cumplir su sueño
Si asumimos lo anterior como algo circunstancial nos podremos acercar a Le Départ como lo que realmente es, una pieza de arte que supera con creces su contexto. Un viaje sin pausas por una carretera hacia un imposible. Del inconsciente de la juventud al enamoramiento como fin de la inocencia. Normalmente, a un servidor, esta premisa le sonaría a discurso gastado, pero en Le Départ es tan certero y en su ligera pretensión tan natural que hace de sus sucesoras simples copias sin verdad ni gracia.
El film de Skolimowski contiene una poética cautivadora. Se sirve del error, de la lectura documental de la propia ficción para enternecernos y hacernos adentrar en lo verdadero de los dos jóvenes que buscan cumplir su sueño. Algunas secuencias son únicas, como el plano contra plano en la feria del automóvil o el paseo con el espejo hacia la tienda de segunda mano.
La magia en quienes la ven
Le Départ parece una más, un juego de imágenes y sonidos dentre de una corriente fílmica y de aquello que la envuelve, pero tras pasar las primeras líneas de la narrativa de Skolimowski veremos como en pocos films lo cautivador de lo lúdico y de la despreocupación, del enamoramiento y del soñar. Encontraremos en lo fílmico la juventud.
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