domingo, 19 de agosto de 2012

Lupus (Frederik Peeters)

Al mirar la obra de un nuevo autor, bien sea en una película, en un libro o en un cómic (o en cualquiera de las otras artes), y te adentras en su universo sin perspectiva alguna, hay la necesidad de agarrarse a algo, que ese mundo desconocido te de alguna pista que conecte contigo. A veces es el uso de la elipsis entre secuencia y secuencia, el exceso o la falta de adjetivación en la prosa, o la disposición de las viñetas en la página. Algo lo suficiente pequeño para que sea entre tú y la obra y nadie más, un golpe de electricidad entre una idea y la forma de sentir las cosas.

Un nombre en medio del universo es suficiente para presentar Lupus.

Cuando leí Lupus de Frederik Peeters disfruté del dibujo (muy expresivo) de los personajes, del homenaje a Hunter S. Thompson, del tempo de lectura de cada viñeta... pero no podía decirme a mí mismo si estaba leyendo un buen o un mal cómic. De si debía mirarlo con unos ojos despreocupados o al contrario, una mirada atenta hacia cualquier decisión. De repente veo un conjunto de 4 viñetas, sin distinciones entre las anteriores y las posteriores, y entonces lo sé. El cómic me ha encontrado y yo ya estoy dentro de él.

Cuatro viñetas que dialogan cada una con el resto y viceversa. Multitud de mensajes.
Ideas que se complementan. Sentimientos que se confrontan.

Lupus tiene la virtud de no aparentar lo que es. De dibujar una historia de dos fugitivos por el universo y trazar una relación de amor y necesidad. Mientras Lupus se va cerrando en su protagonista, en sus filias y sus fobias, es cuando un punto de luz nos muestra en que dirección pensar la narrativa. Del todo del cosmos a las estrías en la uña de un pie, y es en medio de este juego de magnitudes donde está Lupus, un joven (ya no tan joven) que se sigue preguntando lo mismo que al inicio del relato. Lupus es ese tipo de obras que subrayan tus dudas para recordarte que (aunque a veces dormidas) siguen allí sin ninguna respuesta.

Por cierto: impecable desenlace rompiendo la coherencia del relato. Un final con algo más que simple talento.

Lupus (Frederik Peeters) Ed. Astiberri Ediciones 2005

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