Los dibujos animados, como llamamos a las series de animación para televisión, son desde tiempos originarios el principio del arte del relato para los niños. A diferencia de los shows/realities, series o el cine, las series de animación tienen estructuras narrativas esquematizadas para cada una de las edades y etapas de las personas. Desde los 0 a 3 años hasta la edad adulta. Son tan poderosas que sus altos presupuestos no asustan a los productores y siguen siendo hoy uno de los motores económicos para televisión más importantes.
Pero todo precio tiene un coste, y además de los beneficios publicitarios, las series de animación deben valerse de su mayor amigo, el merchandising (todos los objetos que están al mercado en relación al programa). De allí que grandes joyas televisivas -como Symbionic Titan- sean canceladas por problemas en la venta de muñecos. Da igual su calidad o éxito de audiencia, lo importante es que las casas de juguetes, sea Matel o Hasbro, vendan sus productos. Ese es el principal negocio de la serie infantil de animación.
El único motivo existencial que la familia Simposon sobreviva a sus más de
20 temporadas hacia la extenuación son sus versiones de plástico en Toys'r'us
Pero hay veces donde el esquema no se repite. Es el caso de Regular Show, la serie juvenil que con un marcado estilo personal ha creado un proyecto diferente, fresco y, ya en su tercera temporada, una obra de culto.
La serie de J.G. Quintel, creada a sus 26 años, es un homenaje a los años 80, al VHS, a la Master System, a la Gameboy, a las expresiones horteras, al colegueo... y por fortuna para todos sin entrar en una maniqueísmo simplón de un mercado de tendencias. Regular Show respira sinceridad y saber hacer. No hay nada que no surja de lo espontáneo ni huela a refrito. Una serie genuina, tan idiota por sus historias y personajes, como brillante por sus guionistas y directores.
Modercai y Rigby, los dos protagonistas de Regular Show: "Yeeeaaah"
Sin dudarlo diría que es la serie de animación más completa del momento y una de las imprescindibles de las últimas décadas. Regular Show es lo que debería entenderse como un entretenimiento de humor, 10 minutos por episodio que piedra a piedra está construyendo un universo del cual es difícil desprenderse.
Para ver la serie aquí tenéis la lista de episodios, copiad cada título en google vídeos y encontraréis cada episodio.
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