Con este artículo concluyen los 15 motivos para ver el cine de Michael Powell y Emeric Pressburger. Un repaso por algunos de los muchos puntos a destacar de su filmografía, tomando ejemplos y no películas como pilares de una obra que no busca la grandeza en la perfección, sino en el avanzar hacia nuevas posibilidades, nuevas aventuras narrativas, un discurso fílmico cargado de deslumbramiento.
13 - El misterio en el discurso
Qué difícil me resulta cerrar los contenidos de sus películas, comprender más allá de la fuerte emoción que desprenden sus imagenes y llegar a un sentido absoluto. Es en ese cine sin respuesta lleno de dudas y preguntas donde me siento más a gusto, donde la incomodidad de querer explorar las entrañas del artefacto dramático perdura más allá del visionado de la película. El cine de Powell-Pressburger se introduce directamente a nuestra mente sin saber encontrar su lugar adecuado. La fascinación.
14 - En el ojo del huracán
La condición de cine espectáculo es un imperante cuando se va a ver una película de Michael Powell y Emeric Pressburger. Por muy personal que sea su cine es un cine de masas lleno de deslumbrantes montajes y situaciones imposibles de filmar. Desde el monasterio de Narciso Negro a la reconstrucción de las diferentes Europas de Vida y Muerte del Coronel Blimp o la espectacular tormenta en el mar de Sé A Dónde Voy, se espera ver una gran producción, impecable, única, que deje boquiabierto a todo el mundo. Hoy en día esas secuencias siguen dejándonos sin aliento, un retorno al origen pueril de viajar a lo exótico a través de la pantalla cinematográfica, una cualidad que el cine contemporáneo ha ganado con sus imágenes llenas de bulimia hiperbólica desterrando al recuerdo la magia y la inocencia.
15 - Éxtasis
El quinceavo motivo es cuando los 14 motivos anteriores confluyen. Cuando todas las partes tocan el cielo y no hay fisuras, la perfección de su discurso, el cine como artificio lleno de verdad y misterio, de intimidad y de grandilocuencia, de las otras artes y de puro cine en si. Cuando un gesto contiene toda la carrera de dos cineastas tan maravillosos como Michael Powell y Emeric Pressburger. El constante descubrimiento de saber porqué vemos cine.
Hasta aquí los 15 motivos. Espero que quienes no hayáis tenido la suerte de coincidir con Michael Powell y Emeric Pressburger tengáis la curiosidad por acercaros a su cine, y para aquellos que ya sentís esta fe por su cine tan personal hayáis disfrutado de este pequeño recordatorio.
13 - El misterio en el discurso
El cuadro de ideal de mujer, de sueño de un hombre
ejemplar, colgado en una pared como un trofeo de
caza rodeado de las cabezas de animales disecados.
Qué difícil me resulta cerrar los contenidos de sus películas, comprender más allá de la fuerte emoción que desprenden sus imagenes y llegar a un sentido absoluto. Es en ese cine sin respuesta lleno de dudas y preguntas donde me siento más a gusto, donde la incomodidad de querer explorar las entrañas del artefacto dramático perdura más allá del visionado de la película. El cine de Powell-Pressburger se introduce directamente a nuestra mente sin saber encontrar su lugar adecuado. La fascinación.
14 - En el ojo del huracán
La tormenta de Sé A Dónde Voy, uno de los momentos
más espectaculares de toda su carrera. Tanto
por técnica como por puesta en escena.
La condición de cine espectáculo es un imperante cuando se va a ver una película de Michael Powell y Emeric Pressburger. Por muy personal que sea su cine es un cine de masas lleno de deslumbrantes montajes y situaciones imposibles de filmar. Desde el monasterio de Narciso Negro a la reconstrucción de las diferentes Europas de Vida y Muerte del Coronel Blimp o la espectacular tormenta en el mar de Sé A Dónde Voy, se espera ver una gran producción, impecable, única, que deje boquiabierto a todo el mundo. Hoy en día esas secuencias siguen dejándonos sin aliento, un retorno al origen pueril de viajar a lo exótico a través de la pantalla cinematográfica, una cualidad que el cine contemporáneo ha ganado con sus imágenes llenas de bulimia hiperbólica desterrando al recuerdo la magia y la inocencia.
15 - Éxtasis
Todo (con)fluye.
El quinceavo motivo es cuando los 14 motivos anteriores confluyen. Cuando todas las partes tocan el cielo y no hay fisuras, la perfección de su discurso, el cine como artificio lleno de verdad y misterio, de intimidad y de grandilocuencia, de las otras artes y de puro cine en si. Cuando un gesto contiene toda la carrera de dos cineastas tan maravillosos como Michael Powell y Emeric Pressburger. El constante descubrimiento de saber porqué vemos cine.
Hasta aquí los 15 motivos. Espero que quienes no hayáis tenido la suerte de coincidir con Michael Powell y Emeric Pressburger tengáis la curiosidad por acercaros a su cine, y para aquellos que ya sentís esta fe por su cine tan personal hayáis disfrutado de este pequeño recordatorio.
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