Tanto la literatura como el arte de la representación -en los casos de interés- ha dotado a la mujer de misterio, ha contrarrestado el desprecio de un historicismo y un machismo explícito aún presente hoy en día. El cine de Powell y Pressburger se ha cuidado de obsesionarse con lo oculto en la mujer, con sus enigmas, sus dualidades. Aquí tres motivos más para acercarnos a la grandeza de un cine que no puede cerrarse en un visionado.
4 - La mística de la naturaleza
La enorme, por darle un calificativo, Gone To Earth (Corazón Indómito) crea un retrato fascinante de una mujer salvaje, pagana. Un ser-zorro que en su destino está escrito la perdición en las profundidades de la tierra. La propia vida ocultará en sus entrañas lo salvaje de la protagonista de esta ambigua -y llena de matices- historia. Quizá suena extraña mi descripción, acompañada de la película se queda muy corta en la complejidad del discurso de Powell y Pressburger. Como la propia vida -en su religión primaria- juzga, da y quita a aquellos que desbordan la fuerza de la naturaleza en su ser. Una obra maravillosa en la historia del cine, una obra desbordante, a mi entender la mejor dentro de la carrera de Powell-Pressburger.
5 - La mística de lo cultural
Narciso Negro, uno de los títulos más relevantes en su filmografía. Una carcel para mujeres en forma de convento en lo alto de una montaña. Monjas rebeldes, mujeres, que emanan feminidad, sexualidad por sus poros y sus gestos. Nunca el cristianismo fue tan felino. Powell y Pressburger rivalizan lo impuesto culturalmente por las convenciones religiosas y sociales con el propio deseo (natural) de sexo que surge de la esencia de la mujer. Una lucha entre el control propio y el control impuesto, una diálectica de saber realmente quien es el propio verdugo de las libertades y deseos de cada uno. El espectáculo del cine queda anulado por lo encerrado en la mirada de cualquiera de estas mujeres al borde de su existencia.
6 - La mujer social
El cine comercial se ha encargado de poner a la mujer "en su sitio", en la cocina o como comparsa pseudomasculina que acaba sucumbiendo a sus instintos más débiles de mujer dócil que aspira a ser la mujer de un hombre equilibrado. Powell y Pressburger hacen de la mujer una persona real, física, que mira de tú a tú al personaje masculino. Lo brillante es como en ningún momento la mujer en su cine deja de ser mujer, no por ello sus emociones y sus motivaciones dejan de ser idénticas a las de un hombre. No tildaría al cine de Powell y Pressburger de feminista, sencillamente no entran ni se plantean las vergüenzas vejatorias del resto de cineastas comerciales de su tiempo.
No olvidemos que cada película del tándem Powell-Pressburger era un éxito de público y crítica, y su cine se debía a la taquilla. Aún más meritorio plantear lo que planteaban sin perder nada en el intento. Mañana continuaremos con una modernidad avanzada en sus películas.
4 - La mística de la naturaleza
La mujer poseída, la mujer pagana.
La enorme, por darle un calificativo, Gone To Earth (Corazón Indómito) crea un retrato fascinante de una mujer salvaje, pagana. Un ser-zorro que en su destino está escrito la perdición en las profundidades de la tierra. La propia vida ocultará en sus entrañas lo salvaje de la protagonista de esta ambigua -y llena de matices- historia. Quizá suena extraña mi descripción, acompañada de la película se queda muy corta en la complejidad del discurso de Powell y Pressburger. Como la propia vida -en su religión primaria- juzga, da y quita a aquellos que desbordan la fuerza de la naturaleza en su ser. Una obra maravillosa en la historia del cine, una obra desbordante, a mi entender la mejor dentro de la carrera de Powell-Pressburger.
5 - La mística de lo cultural
El reflejo de una mujer a otra, el principio de las preguntas.
Narciso Negro, uno de los títulos más relevantes en su filmografía. Una carcel para mujeres en forma de convento en lo alto de una montaña. Monjas rebeldes, mujeres, que emanan feminidad, sexualidad por sus poros y sus gestos. Nunca el cristianismo fue tan felino. Powell y Pressburger rivalizan lo impuesto culturalmente por las convenciones religiosas y sociales con el propio deseo (natural) de sexo que surge de la esencia de la mujer. Una lucha entre el control propio y el control impuesto, una diálectica de saber realmente quien es el propio verdugo de las libertades y deseos de cada uno. El espectáculo del cine queda anulado por lo encerrado en la mirada de cualquiera de estas mujeres al borde de su existencia.
6 - La mujer social
Las acciones, expresiones y los diálogos.
Dos personas, no dos mujeres.
El cine comercial se ha encargado de poner a la mujer "en su sitio", en la cocina o como comparsa pseudomasculina que acaba sucumbiendo a sus instintos más débiles de mujer dócil que aspira a ser la mujer de un hombre equilibrado. Powell y Pressburger hacen de la mujer una persona real, física, que mira de tú a tú al personaje masculino. Lo brillante es como en ningún momento la mujer en su cine deja de ser mujer, no por ello sus emociones y sus motivaciones dejan de ser idénticas a las de un hombre. No tildaría al cine de Powell y Pressburger de feminista, sencillamente no entran ni se plantean las vergüenzas vejatorias del resto de cineastas comerciales de su tiempo.
No olvidemos que cada película del tándem Powell-Pressburger era un éxito de público y crítica, y su cine se debía a la taquilla. Aún más meritorio plantear lo que planteaban sin perder nada en el intento. Mañana continuaremos con una modernidad avanzada en sus películas.
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