La autoconciencia del formalismo en el cine de Powell y Pressburger les permitió avanzarse al cine formalista de su momento. Es tan sofisticado el lenguaje que emplean que hacen del cine al que han influido simples reflejos de la complejidad de su puesta en escena y de su significado. Un cine moderno, de una impronta singular, con una única denominación posible: Powell-Pressburger.
7 - El espacio moderno
En el inicio de Gone To Earth (Corazón Indómito) la ausencia de música, la representación del viento y de los árboles como comunicadores de la montaña, la figura de la mujer en el espacio, el zorro entre los árboles, el tono de la luz, construyendo la pautas de un cuento adulto, tan fílmico como real, tan manierista como despojado de engaños. En pocas películas el punto de partida llega a la calidad de Gone To Earth. Un film de 1950 que parece una relectura del clasicismo en clave moderna, con un mensaje complejo y difícil de atar en todos sus puntos. Un cine que no siente la obligación de darle al espectador el trabajo hecho ni la idea que en el arte ni en la narración están todas las respuestas.
8 - La forma asumida
El plano contra plano inicial de A Matter of Life and Death (A Vida o Muerte) resume toda una historia de amor en el primer encuentro radiofónico entre un aviador y una telefonista del ejercito. La absoluta desnudez de elementos, el uso del color en el fondo de los personajes como única información emocional en el plano y la intensidad del primer plano hacen de este diálogo romántico (en todos sus sentidos) un hito en la carrera de Powell y Pressburger. El principio del fin de esta historia que nunca acaba de situarse en la realidad donde el único momento verosímil es una conversación -más cercana a lo irreal- con el dispositivo fílmico (en su mínima, y por lo tanto máxima expresión) como sentido principal del enamoramiento, tanto por parte de los personajes, como para los espectadores. Sublime, espectacular.
9 - La figura en el espacio, la figura como espacio
Y si hablamos de modernidad y del cine de Michael Powell y Emeric Pressburger no puede faltar Narciso Negro. El clasicismo desaparece en uno de los grandes melodramas de la pareja de directores. El sentido del espacio y del color y el valor de la figura humana en ello es desbordante. No hay secuencia donde la relación cuerpo-cámara-espacio no provoque emociones e ideas, haciendo de los cuerpos y de los rostros partes del paisaje, o paisajes en si, en una reflexión sobre el deseo que hoy en día no ha superado nadie, ni Cronenberg ni Lynch ni nadie que tenga un control tan maravilloso del medio cinematográfico como Powell y Pressburger.
Sus luces y colores, sus pinturas, serán las protagonistas del siguiente artículo en los próximos tres motivos para ver el cine de Powell y Pressburger.
7 - El espacio moderno
Cuento de belleza misteriosa.
En el inicio de Gone To Earth (Corazón Indómito) la ausencia de música, la representación del viento y de los árboles como comunicadores de la montaña, la figura de la mujer en el espacio, el zorro entre los árboles, el tono de la luz, construyendo la pautas de un cuento adulto, tan fílmico como real, tan manierista como despojado de engaños. En pocas películas el punto de partida llega a la calidad de Gone To Earth. Un film de 1950 que parece una relectura del clasicismo en clave moderna, con un mensaje complejo y difícil de atar en todos sus puntos. Un cine que no siente la obligación de darle al espectador el trabajo hecho ni la idea que en el arte ni en la narración están todas las respuestas.
8 - La forma asumida
Secuencia de gran maestría donde lo difícil
ya no parece fácil, parece que no sea.
El plano contra plano inicial de A Matter of Life and Death (A Vida o Muerte) resume toda una historia de amor en el primer encuentro radiofónico entre un aviador y una telefonista del ejercito. La absoluta desnudez de elementos, el uso del color en el fondo de los personajes como única información emocional en el plano y la intensidad del primer plano hacen de este diálogo romántico (en todos sus sentidos) un hito en la carrera de Powell y Pressburger. El principio del fin de esta historia que nunca acaba de situarse en la realidad donde el único momento verosímil es una conversación -más cercana a lo irreal- con el dispositivo fílmico (en su mínima, y por lo tanto máxima expresión) como sentido principal del enamoramiento, tanto por parte de los personajes, como para los espectadores. Sublime, espectacular.
9 - La figura en el espacio, la figura como espacio
Terror, fascinación, misterio: cine. Una mujer de espaldas.
Y si hablamos de modernidad y del cine de Michael Powell y Emeric Pressburger no puede faltar Narciso Negro. El clasicismo desaparece en uno de los grandes melodramas de la pareja de directores. El sentido del espacio y del color y el valor de la figura humana en ello es desbordante. No hay secuencia donde la relación cuerpo-cámara-espacio no provoque emociones e ideas, haciendo de los cuerpos y de los rostros partes del paisaje, o paisajes en si, en una reflexión sobre el deseo que hoy en día no ha superado nadie, ni Cronenberg ni Lynch ni nadie que tenga un control tan maravilloso del medio cinematográfico como Powell y Pressburger.
Sus luces y colores, sus pinturas, serán las protagonistas del siguiente artículo en los próximos tres motivos para ver el cine de Powell y Pressburger.
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