miércoles, 28 de noviembre de 2012

Buscando a El Buscador: Espectros y encuentros

En los próximos artículos hablaré sobre distintos rasgos que caracterizarán el próximo proyecto que llevaremos a cabo los componentes del equipo de Travelogue Studio, un cortometraje llamado El Buscador. Estamos buscando financiación para poder rodarlo y considero, sin tener que desvelar la historia, que el Doctor Basura es un buen medio para explicar los conceptos narrativos y formales que constituirán la película, y de esa forma transmitir mejor el proyecto que está por hacerse.

Adrian Martin, uno de los teóricos cinematográficos más importantes del momento, teoriza a menudo sobre los distintos encuentros durante la historia del cine. Tal como Adrian Martin entiende el encuentro es una pieza clave sobre los distintos dramas y factores emocionales de las narrativas de cada momento. No es lo mismo la búsqueda de un encuentro en el cine clásico del chico busca chica, que un encuentro, dentro de un absurdo contemporáneo, que impide acercar a dos amantes como sucede en The River de Tsai Ming Liang, donde dos personas se cruzan a través de unas escaleras mecánicas que suben y bajan y solo coinciden un instante.


Encuentros y desencuentros.

Parece, en las nuevas tendencias cinematográficas, que la búsqueda de la realidad se está agotando, pero creyendo cada vez más en la realidad como herramienta. Me explicaré. En la modernidad (en una tendencia de la modernidad) los estados mentales de los protagonistas y sus conflictos cruzaban la frontera de lo icónico, tanto la forma de contar historias y la forma de plasmarlas en la pantalla eran irreales, se aplicaban los estados psicológicos al tratamiento del espacio, del montaje, del sonido... todo era mucho más explícito rompiendo la barrera de la realidad. En la postmodernidad el juego cambia, se piensa el elemento fílmico como tal y se recurre a los orígenes del cine para encontrar las nuevas estéticas. Lo que importa ahora es la capacidad de la cámara para plasmar la realidad y reflexionar sobre la realidad y el cine y viceversa en un mismo discurso. En el cine de la última década se combinan esas dos necesidades. El cine asume su rol de captar la realidad, la figura humana, el tiempo, el espacio... pero a su vez indaga en la psique humana como paradigma de una nueva sociedad perdida. El resultado es enigmático, narrativas clásicas distorsionadas y la apariencia de que todo es natural. En el fondo la naturalidad no existe, vemos y sentimos mundos subjetivos. Espectrales.

Un sheriff en mundo concreto buscando
en la ensoñación donde sentirse real.

Por eso, volviendo con Adrian Martin y sus encuentros, hoy nos situamos ante un tipo de encuentro que sí existe, pero a su vez no. Un encuentro espectral. Los personajes como fantasmas de una realidad concretan deambulan ante unas necesidad y una situación que no tiene devenir. Al igual que nuestra sociedad donde todo parece claro y evidente pero que en un profundo análisis es opaca, compleja, y en el fondo lo opuesto de lo que parece ser. ¿Qué busca el protagonista de Last Days de Gus Van Sant? ¿Hacia dónde van las familias de Meek's Cutoff? ¿Cuál es el punto de anclaje en una película hiperrealista como No Es País Para Viejos? La realidad, sus espacios y las acciones que suceden en ellos, son un espejo de las dudas y anhelos de una sociedad. Las preguntas son muy claras, pero las respuestas no tanto. ¿Quiénes somos y hacia dónde vamos?

El Buscador se plantea esas dos preguntas. Las noches húmedas cerca del mar en invierno, las luces de neón, las sombras que deambulan como espectros... y una pregunta que surge durante toda la película. ¿Qué busca El Buscador? ¿Cuál es su encuentro?

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