NINGUNA NOVEDAD EN LA SEGUNDA JORNADA DE L'ALTERNATIVA. REVISION "INTELECTUALISMO" ALEMÁN DE TODA LA VIDA, BUENOS SENTIMIENTOS EN N-VI Y OH WILLY..., UN VEZ MÁS, SE CONFIRMA COMO UNA JOYA.
Revision (Philip Scheffner) 2012
Quien ha visto un poco de cine alemán sesudo sabe que los alemanes son muy listos, y que sobretodo tienen mucha paciencia. Personalmente, a excepción de ciertos cineastas, los planteamientos de puesta en escena del cine alemán intelectual de izquierdas me cansan bastante. Estoy de acuerdo con los discursos implícitos en su forma, y que consideren que la culpa no es de la película sino de una sociedad deseducada y contaminada incapaz de razonar por si sola. Pero de eso a crear esas fórmulas narrativas con un desapego brutal entre el espectador medio y el contenido de la película hacen que todo lo social del mensaje se desvanezca en el sobreesfuerzo que el espectador tiene que hacer para asumir la rigidez del discurso fílmico. Todo lo brillante, que hay mucho en una película como Revision, desaparece a la media hora cuando sabemos que esa rigidez durará hora y media más, y tanto los músculos del cerebro como los glúteos se apiadan de su suerte más cercana.
N-VI (Pela del Álamo) 2012
No hay duda que la nostalgia por un mundo, por una España en vías de extinción, es el motor de N-VI, y eso llega al espectador. El problema es ¿asumida esa nostalgia qué nos depara la película?, y es cuando la propia narrativa y las imágenes de del Álamo parecen que no saben bien bien hacia donde se dirigen. Es interesante ver este documental desde la perspectiva del proceso creativo. Cómo en sus inicios una idea de nostalgia fue la semilla (y nada más) para hacer una película, como de la semilla llega la pregunta de "y ahora qué" y como tras ese desierto de incertidumbre el propio film se va encontrando a si mismo, llegando a sus último veinte minutos donde disfrutamos de los mejores momentos de la película, concretos, concisos y de una línea intencional férrea. Es una lástima que esa solidez no existiese desde el minuto uno, porque cuando el film se concreta tiene momentos de cierta brillantez que echamos de menos en el resto del metraje.
Oh Willy... (Emma de Swaef, Marc James Roels) 2011
No es la primera vez que lo digo, ni he dejado de pensarlo (o mejor dicho de sentirlo), Oh Willy... es una de las mejores películas del año. De incalculable sinceridad y ternura la película mira cara a cara al nacimiento y a la muerte y al vínculo que los une, el profundo amor primario entre una madre y un hijo más allá de lo concreto, un viaje a través de la trascendencia para entender que toda impostura es nada al lado de una caricia, de un estar al lado, de un baño de luz que transporta al imaginario de lo materno. Oh Willy... qué maravilla, qué cine.
En el próximo artículo hablaremos de Pierre Léon y Jeanne Balibar, La Casa Emak Bakia y El Salvavidas.
Revision (Philip Scheffner) 2012
Las aspas del molino de viento girando,
insistiendo en sus ideas.
Quien ha visto un poco de cine alemán sesudo sabe que los alemanes son muy listos, y que sobretodo tienen mucha paciencia. Personalmente, a excepción de ciertos cineastas, los planteamientos de puesta en escena del cine alemán intelectual de izquierdas me cansan bastante. Estoy de acuerdo con los discursos implícitos en su forma, y que consideren que la culpa no es de la película sino de una sociedad deseducada y contaminada incapaz de razonar por si sola. Pero de eso a crear esas fórmulas narrativas con un desapego brutal entre el espectador medio y el contenido de la película hacen que todo lo social del mensaje se desvanezca en el sobreesfuerzo que el espectador tiene que hacer para asumir la rigidez del discurso fílmico. Todo lo brillante, que hay mucho en una película como Revision, desaparece a la media hora cuando sabemos que esa rigidez durará hora y media más, y tanto los músculos del cerebro como los glúteos se apiadan de su suerte más cercana.
N-VI (Pela del Álamo) 2012
La nostalgia de un mundo secundario.
No hay duda que la nostalgia por un mundo, por una España en vías de extinción, es el motor de N-VI, y eso llega al espectador. El problema es ¿asumida esa nostalgia qué nos depara la película?, y es cuando la propia narrativa y las imágenes de del Álamo parecen que no saben bien bien hacia donde se dirigen. Es interesante ver este documental desde la perspectiva del proceso creativo. Cómo en sus inicios una idea de nostalgia fue la semilla (y nada más) para hacer una película, como de la semilla llega la pregunta de "y ahora qué" y como tras ese desierto de incertidumbre el propio film se va encontrando a si mismo, llegando a sus último veinte minutos donde disfrutamos de los mejores momentos de la película, concretos, concisos y de una línea intencional férrea. Es una lástima que esa solidez no existiese desde el minuto uno, porque cuando el film se concreta tiene momentos de cierta brillantez que echamos de menos en el resto del metraje.
Oh Willy... (Emma de Swaef, Marc James Roels) 2011
Una madre desnuda con una sombrilla.
No es la primera vez que lo digo, ni he dejado de pensarlo (o mejor dicho de sentirlo), Oh Willy... es una de las mejores películas del año. De incalculable sinceridad y ternura la película mira cara a cara al nacimiento y a la muerte y al vínculo que los une, el profundo amor primario entre una madre y un hijo más allá de lo concreto, un viaje a través de la trascendencia para entender que toda impostura es nada al lado de una caricia, de un estar al lado, de un baño de luz que transporta al imaginario de lo materno. Oh Willy... qué maravilla, qué cine.
En el próximo artículo hablaremos de Pierre Léon y Jeanne Balibar, La Casa Emak Bakia y El Salvavidas.
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