jueves, 15 de noviembre de 2012

Ingenio ilustrado

Leyendo cómics desde muy pequeño he tenido la suerte de acercarme a temas que no trataría desde otros medios. La violencia, el sexo y el terror son en muchas ocasiones recursos que cruzan la frontera para los pequeños lectores dentro de las páginas ilustradas, pero como medio (sobretodo) adulto los contextos históricos y sociales suelen estar tratados con mucho más detalle y complejidad que en otros medios narrativos del mass media. Descubrí el anarquismo con Jacques Tati, las injusticias sociales de los Estados Unidos de los 50 y 60 con Will Eisner, la ilusión de la libertad contemporánea con Watchmen y V de Vendetta de Alan Moore, o la juventud en los ochenta/noventa con Charles Burnes. También, desde perspectivas más "didácticas", Astérix es una lección de historia camuflada, Tintín, por muy blanquito colonizador que sea, está cargado de procesos políticos y sociales por todo el mundo, y Mafalda cultivó mi sentido crítico antes que supiese que quería decir ser crítico. Definitivamente, una imagen contextualizada e intencionada es un recurso muy poderoso para llenarse de saber y curiosidad. A continuación me gustaría compartir dos casos de gran inteligencia e ingenio relacionados con la ilustración y las viñetas de humor, pero ante todo dos grandes artistas que se sirven del intelecto para entretener.

La eternidad y un día.

La serie de ilustraciones de Graham Annable sobre la mitología griega son sencillamente brillantes. Recordando el humor británico de Ronald Searle las ilustraciones de Annable retratan desde la mentalidad de una persona contemporánea los dramas de las tragedias y mitos griegos. Una lectura sencilla pero acertando de lleno en el centro del sentido trágico a través de la parodia. El placer de acercarse sin dramatismo ni grandilocuencia a un arte tratado siempre desde el respeto, y ahora con ligereza nos reímos, sin perder un ápice, el todo de su contenido.

Aquí podéis ver la serie de ilustraciones.

(Ampliar imagen)
La dialéctica de Duchamp vapuleada en 6 viñetas.

Pero si hablamos de humor e historia no podemos olvidarnos de Kate Beaton. Su obra, centrada en hacer burla de la historia y de la historia del arte, es perfecta como conjunto de lecciones historicistas, puesto busca en la misma historia la fuente de todo el humor. Desde Napoleón a Duchamp, pasando por Maria Antonieta a Ricardo III, ningún personaje se escapa de las viñetas de Beaton. Frescos y sin pretensiones y llenos de estupidez, los diálogos de Beaton desacreditan a la mayoría de las personalidades de los grandes títulos de la historia moderna, y hace del cómic una herramienta inconsciente -para quién la lee- de aprendizaje cultural.

Aquí podréis acceder a la web oficial de Kate Beaton.

Dos autores de lo superfluo, dos creaciones del instante, pequeñas y de rápida lectura, pero lo que en el fondo es el acompañamiento para un café a primera hora de la mañana es también el estimulo necesario que hace, sin darnos cuenta, que la cultura siga viva dentro de nuestras inquietudes.

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